Pibernat es una empresa familiar catalana con sede en Olot que empezó en la elaboración de conservas por amor a la cocina. Un amor transmitido por Pilar Font (de la masovería de Mas Pibernat a la Garrotxa) a sus hijos y también a sus nietos.
Actualmente ofrecen sus productos a través de tiendas físicas repartidas por toda Cataluña y también online. Tanto en un lugar como en otro, podemos encontrar variedades bien trabajadas: tartar de sardina, atún en aceite de oliva virgen extra, salmón marinado, calamares con butifarra, pulpitos al ajillo, con cebolla o con aceite de oliva extra virgen, sepia a la tinta, estofado de ternera, chuleta de cerdo Duroc, salsa carbonara o boloñesa y el sofrito de cebolla, un básico de la cocina catalana.
Las conservas Pibernat están elaboradas de forma artesanal, con fogones y cazuelas de verdad, cocidas al horno de carbón vegetal, sin conservantes ni aditivos. Y sin prisa. No existe ningún “E” en los ingredientes. Son recetas caseras ofertadas en ración de tapa y desarrolladas en colaboración con La Vinoteca d’Olot.
Problema: llevar las elaboraciones más allá del restaurante
Desde Pibernat tenían muy claro que querían difundir su conocimiento en los fogones, pero era necesario descubrir la manera. Después de muchas pruebas, aciertos y errores, encontraron en el formato de conserva una buena forma de seguir con su pasión y generar una vía de actividad sostenible.
Una de las dificultades que consideraron era cómo diferenciarse de la gran oferta de conservas existentes en el mercado y en su variedad. Es en este punto en el que los responsables de Pibernat, Miquel y Carles Fluvià (padre e hijo), decidieron llegar al cliente final con unas recetas bien diferenciadas e innovadoras.
Por otra parte, en lo que respecta al material y tipo de recipiente, lo tenían claro, ya que se basaban en el concepto de «producto a la vista», en formato pequeño y sostenible. Por este motivo, la mejor opción era en vidrio y en pequeñas raciones tipo tapa.
Reto: crear conservas realmente singulares con caducidad de larga duración
Ofrecer una gama de productos singular y poco habitual, además de ser un rasgo diferenciador, también suponía un desafío porque por lo general las recetas tan elaboradas no suelen tener una caducidad larga, que era lo que Pibernat se proponía. Miquel y Carles Fluvià buscaban un producto con una vida útil larga y de gran calidad. Y para ello necesitaba un proceso controlado y respetuoso con el producto.
“Necesitábamos ofrecer recetas innovadoras, transparencia en bote de vidrio y caducidad lo más larga posible.”
Miquel Fluvià, propietario y gerente de Pibernat
Además, al contar con conservas con variedad de ingredientes, pescado, marisco y carne, el proceso para encontrar la fórmula que les diera el mejor resultado para cada alimento fue aún más complicado. Especialmente, en lo que se refiere a los productos de mar porque es más difícil encontrarle el punto en la textura y el cliente final lo nota enseguida.
Por eso necesitaban un equipamiento profesional que les permitiera esterilizar las conservas manteniendo todos los nutrientes y propiedades organolépticas.
Solución: aplicar un tratamiento térmico respetuoso con el producto
Desde Pibernat sabían que el secreto del éxito de sus conservas, además de la calidad de los ingredientes y la artesanía de la elaboración, también se centraba en conseguir un tratamiento térmico respetuoso. Estaba claro: era necesaria una autoclave pensada para productos como los suyos. Al final, encontraron la autoclave de TERRA Food-Tech® y también el equipo de profesionales que están detrás, que los acompañaron hasta conseguir el mejor resultado en cada una de sus conservas.
Todos juntos, a base de prueba y error, lograron los resultados que buscaban.
“Para resolver los problemas a la hora de esterilizar, hicimos muchas pruebas y mejoramos las recetas hasta conseguir el resultado que buscábamos. Confiar en las prestaciones del equipo y las posibilidades que ofrecía también nos ha ayudado mucho.”
Carles Fluvià, propietario y responsable de elaboraciones de Pibernat
Gracias a ello, ahora poseen unas conservas muy bien valoradas por el consumidor. El producto más vendido, el tartar de sardina, fue especialmente delicado de trabajar, pero finalmente, han logrado un sabor y textura que gusta mucho.
«Hoy en día, la autoclave TERRA Food-Tech® forma parte de nuestro proceso de elaboración y ya es imprescindible, porque nos permite conseguir un tratamiento térmico respetuoso y de larga caducidad.»
Carles Fluvià, propietario y responsable de elaboraciones de Pibernat
Miquel y Carles Fluvià recuerdan ahora todo lo que vivieron y lo ven como un proceso necesario para su crecimiento como marca. Para ellos, Pibernat ha sido el resultado de no comprometer nunca la calidad de sus conservas y entender todas aquellas dificultades como el camino para conseguir el mejor producto.
“En base a nuestra experiencia, podemos decir que TERRA Food-Tech® es un partner de confianza si quieres dedicarte a las conservas.”
Miquel Fluvià, propietario y gerente de Pibernat