CUICK nació a partir de la inquietud de dos emprendedores de Barcelona, Gaston Chritin y Albert Camprubí, interesados por la alimentación sana y que buscaban abrir nuevas líneas de negocio.
Ellos sabían de primera mano lo complicado que es comer bien sin tener casi tiempo para cocinar y sin que eso suponga un gasto económico excesivo. Por eso, pensaron una manera de ahorrar tiempo a esas personas a las que les gusta y quieren cocinar, facilitándoles el proceso de elaboración de algo tan importante en cualquier plato como es el sofrito. Lo mismo buscaban para el ámbito de la restauración. Y es que en hostelería existe la tendencia de la simplificación y la profesionalización de lo elaborado. Cada vez más, este sector trabaja con menos personal y precisa de más simplicidad y agilidad en los fogones. Por lo que necesita contar con elaboraciones que les ahorren trabajo y tiempo, pero no calidad.
A partir de ese análisis del mercado y de sus intereses, decidieron elaborar bases naturales para cocina, sofritos y picadas, para ahorrar tiempo cocinando, tanto para particulares como profesionales.
Estos fueron los detonantes que desde sus instalaciones de Tordera los llevaron a ofrecen varios tipos de sofritos. Además, también elaboran picadas de pistachos, piñón, ñora y azafrán. Todos sus productos son sin aditivos, colorantes ni conservantes, proceden directos de productores locales y de manera sostenible.
“Hemos detectado, y la pandemia ha acentuado aún más esta tendencia, que hay un grupo de población que cada vez más se mira lo que come, quiere tener información y desea adquirir un producto de calidad, conocer su origen, trazabilidad… Familias que apuestan por una alimentación de calidad pero tienen poco tiempo disponible. Decidimos facilitar la vida a estos colectivos ahorrándoles una elaboración que exige mucho tiempo con un producto de máxima calidad. Y en hostelería pasa igual, existe una tendencia a simplificar y profesionalizar las elaboraciones, buscan calidad y agilidad en cocina.”
Gaston Chritin de Miquel, Founding Partner en CUICK
Problema: crear bases y sofritos sanos para ahorrar tiempo en la cocina
Al iniciar CUICK, sus fundadores no tenían en mente empezar un negocio de conservas, es más la conserva nunca fue el eje a la hora de crear su empresa. De ahí, el uso de un envase diferente, el pouch, una bolsa o envase flexible que protege los alimentos de la humedad, el oxígeno y la luz y que puede ser pasteurizado/esterilizado, alejado del recipiente de cristal tradicional. Ellos entendían y entienden CUICK como la base 100% vegetal imprescindible para elaborar platos sanos y ricos.
Esa misma ambición por ofrecer sofritos de gran calidad a partir de los cuales poder cocinar alimentos saludables, de manera rápida y fácil, era al mismo tiempo su mayor dificultad. Ello fue debido a su firme propósito de evitar que sus bases precisaran de la esterilización o un proceso térmico más abrasivo, ya que no querían que sus sofritos perdieran ni un ápice de sabor, color, textura y olor.
Reto: cómo conservar sus bases para garantizar una larga vida útil sin alterar sus propiedades organolépticas
Evidentemente, su mayor desafío se centraba en solucionar el problema de la conservación. Lo fundadores de CUICK tenían claro que querían pasteurizar sus bases y, al mismo tiempo, asegurar un largo periodo de vida útil, pero sin precisar refrigeración y sin alterar sus propiedades organolépticas.
A pesar de que sabían que era mucho pedir, no desistieron porque eran conscientes que, al ser su sofrito un producto 100% vegetal, alcanzar dichos objetivos era factible. Como sus sofritos no contienen ni carne ni pescado ni marisco permiten trabajar procesos térmicos menos agresivos.
Solución: someter sus bases a un proceso de pasteurización
Consiguieron con creces sus propósitos. Estudiaron concienzudamente los pH de los ingredientes y el porcentaje de humedad que quedaba en el producto, entre otros elementos. Y a partir de pudieron personalizar un proceso de pasteurización a través del valor Po muy adaptado a su producto. Y lo cierto es que les fue muy bien porque ahora pueden ofrecer un producto de alta calidad, a temperatura ambiente con una vida útil de 12 meses.
“La labor de la autoclave es esencial porque si no hiciese perfectamente la pasteurización de nuestras bases vegetales, todo lo hecho antes no serviría de nada. Juega un papel troncal, por eso hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzo para encontrar los tiempos que mejor se adaptan a nuestros productos.”
Gaston Chritin de Miquel, Founding Partner en CUICK
Poder hacer realidad estos objetivos ha hecho posible que en CUICK, en cuestión de solo dos años y debido a su gran éxito de ventas, se vean obligados a recurrir a una autoclave más industrial. Su crecimiento lo atribuyen a su enorme calidad y a la tendencia en alza de las conservas. Tanto en los supermercados de cualquier ciudad como en los mercados locales el espacio que tienen de elaborados o, como lo llaman los americanos el Ready to eat, cada vez es mayor. Y ello es debido a que existe una demanda real porque tal y como nos explica Gaston “…aunque te guste cocinar, a veces necesitas sobrevivir y tirar de conservas por falta de tiempo. Y si estas te permiten elaborar sabrosos y sanos platos, pues mejor que mejor.”
“Recomendaría TERRA Food-Tech® sobre todo a aquellas iniciativas que quieren empezar en todo lo que son los procesos de pasteurización y esterilización. Las autoclaves de TERRA Food-Tech® son ideales para compañías que están en una fase incipiente, pequeños productores o para aquellos que tienen una planta piloto.”
Gaston Chritin de Miquel, Founding Partner en CUICK